martes, 2 de abril de 2019

Texto Diario martes, 2 de abril de 2019 Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio (Prov. 27:11).

Texto Diario martes, 2 de abril de 2019

Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio (Prov. 27:11).
No hay dos niños iguales. Cada uno madura a una edad diferente. Algunos son todavía pequeños cuando alcanzan cierta madurez mental y emocional, y dicen que quieren bautizarse. Otros tardan un poco más en estar preparados para dar este paso. Los padres que comprenden esto no presionan a sus hijos para que se bauticen, sino que los ayudan a progresar a su ritmo. Sienten una gran alegría cuando ellos se toman en serio las palabras del texto de hoy. Sin embargo, nunca deben olvidar que su meta es que sus hijos sean discípulos de Cristo. Con esto presente, hacen bien en preguntarse: “¿Tiene mi hijo el conocimiento necesario para dedicarse a Dios y bautizarse?”. w18.03 9 párr. 6

(Proverbios 27:11)  Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.


Por supuesto, no hay dos niños iguales. Cada uno madura a una edad diferente. Algunos son todavía pequeños cuando alcanzan cierta madurez mental y emocional, y dicen que quieren bautizarse. Otros tardan un poco más en estar preparados para dar este paso. Los padres que comprenden esto no presionan a sus hijos para que se bauticen, sino que los ayudan a progresar a su ritmo. Sienten una gran alegría cuando ellos se toman en serio las palabras de Proverbios 27:11 (léalo). Sin embargo, nunca deben olvidar que su meta es que sus hijos sean discípulos de Cristo. Con esto presente, hacen bien en preguntarse: “¿Tiene mi hijo el conocimiento necesario para dedicarse a Dios y bautizarse?”.

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