sábado, 4 de mayo de 2019

LA ESTELA DEL REY MESÁ

LA ESTELA DEL REY MESÁ
El testimonio arqueológico excepcional más conocido en Transjordania es la estela del
rey Mesá de Moab. Este documento epigráfico hallado en Diban, está realizado sobre roca
de basalto negra de 124 cm de altura, 79 cm de ancho y 36 cm de grosor. Escrita por una
sola cara, describe los acontecimientos de su reinado en relación con Israel, presentando
una información complementaria y verificadora del marco de la narración bíblica.
Menciona a Israel y a su rey Omri, a Moab y a su rey Mesá, a ciudades, costumbres e
incluso el nombre de la deidad israelita “Yahweh” y del dios moabita “Quemós”.
La estela fue descubierta por el misionero francés F.A. Klein en 1868, cuando recorría las
tierras de la actual Jordania. Unos árabes que recibían su asistencia médica le informaron
de la piedra con inscripciones en las cercanías de Diban. Tras comprobar su valor, lo puso
en conocimiento del cónsul de Prusia; iniciándose una pugna de varios estados
occidentales por la adquisición de la pieza. Las gestiones se enrarecieron por diversas
circunstancias, llevando la situación al rompimiento de la estela por los árabes que temían
perderla, quienes finalmente se repartieron los trozos entre ellos a modo de talismanes.
La providencial copia de la estela realizada sobre papel, por la grabación de las
inscripciones mediante el presionado del papel húmedo y su posterior secado, junto a la
copia escrita de 7 líneas realizadas antes de romperse, ayudó a Charles Clermont Ganneau
a reconstruir la estela, después de recuperar los fragmentos de dos tercios de la misma. La
restauración permite analizar 33 líneas de las 34 que la componen. Actualmente se
encuentra expuesta en el museo del Louvre.
La inscripción del rey Mesá, está escrita en lengua paleo-hebrea, con pequeñas variantes
a la encontrada en Khirbat al-Mudayna. El texto es el mayor descubierto en Palestina, e
interesa resaltar la existencia de una literatura bien definida en el siglo IX aC similar a la usada por los israelitas,
evidenciando además su formación que llevaría varios siglos antes.
Los hechos narrados en la estela es la continuación del relato descrito en la Biblia, en el capítulo 3 del segundo libro
de Reyes. El contenido triunfal de la estela exalta la liberación de Moab lograda por su rey Mesá, después del dominio
ejercido por Israel durante 40 años, desde que el rey Omri sometiera a su padre.
La Biblia describe que tras revelarse el rey Mesá, el monarca de Israel Joram consiguió formar una coalición con Judá,.-y Edom para volver a someter a Moab. En su estrategia, el
ejército de la coalición evitó pasar por la depresión del Arnón
que con 5.000 metros de anchura y 700 de profundidad,
constituye una defensa natural de Moab. Atacándolo por el
sur desde el desierto, vencieron a Mesá en el campo de
batalla, obligándole a refugiarse en la ciudad amurallada de
Kir-hareset (actual Kerak). Cuando el rey Joram de Israel se
disponía al asalto final, se produjo un hecho ciertamente
enigmático. El texto bíblico recoge que el rey Mesá sacrificó
sobre las murallas de la ciudad a su hijo heredero,
ofreciéndolo a su dios Quemós a la vista del ejército que los
sitiaba, provocando indignación y la retirada de las tropas.
Aunque no tenemos detalle, el resultado final según el
registro histórico es la independencia de Moab como nación
durante los próximos dos siglos hasta la invasión babilónica,
para posteriormente diluirse la población en grupos
seminómadas bajo los persas y los nabateos.
Además, la inscripción de la estela muestra la expansión de
Moab en los territorios anteriormente dominados por Israel
frente a Jericó, en la región de Medeba. Nombra a la tribu de Gad y a las ciudades de Dibón, Atarot, Nebo, Quiriataim, entre
otras, hasta un total de 12 poblaciones conocidas en la Biblia. También indica la reconstrucción que realizó Mesá en su país
después de la destrucción sufrida, utilizando como mano de obra los prisioneros israelitas de las ciudades conquistadas.
Por último, es necesario indicar que los análisis realizados en la estela por el paleógrafo André Lemaire de la Universidad de
la Sorbona han podido recuperar del texto de la inscripción en su línea 31, la expresión “casa de David”. Este término coincide
con otro hallado en Galilea, en la denominada Estela de Tell Dan realizada por el rey Hazael de Damasco, fijando la historicidad
del rey David puesta en duda por algunos autores. Igualmente es interesante indicar, que ambas estelas muestran el debilitamiento
de la monarquía israelita al final de la dinastía de Omri, y el inicio del reinado de Jehú, coincidiendo con el texto bíblico del
libro segundo de Reyes 10:32-33. AB

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