jueves, 2 de mayo de 2019

Texto Diario jueves, 2 de mayo de 2019 Yo mismo, Daniel, discerní por los libros el número de los años (Dan. 9:2).

Texto Diario jueves, 2 de mayo de 2019

Yo mismo, Daniel, discerní por los libros el número de los años (Dan. 9:2).
No hay duda de que Daniel recibió una buena educación de sus padres. Ellos le enseñaron a amar a Jehová y su Palabra. Y ese amor nunca cambió, pues sabemos que estudiaba con atención las Santas Escrituras incluso cuando ya era mayor. La humilde y sincera oración que leemos en Daniel 9:3-19 demuestra que él conocía muy bien a Dios y todo lo que había hecho por Israel. ¿Por qué no dedica unos minutos a leer esa oración y meditar en ella? Para los judíos fieles, la vida en una ciudad pagana como Babilonia no era nada fácil. Por ejemplo, Jehová les dijo a los judíos que buscaran la paz de la ciudad a la que los había “hecho ir en destierro” (Jer. 29:7). Pero, al mismo tiempo, esperaba que le sirvieran solo a él de todo corazón (Éx. 34:14). ¿Cómo logró Daniel cumplir los dos mandatos? La sabiduría divina lo ayudó a comprender que debía obedecer a Jehová antes que a los gobernantes humanos. Cientos de años después, Jesús enseñó ese mismo principio de sujeción relativa (Luc. 20:25). w18.02 10 párrs. 11, 12

(Daniel 9:2)  en el primer año de reinar él, yo mismo, Daniel, discerní por los libros el número de los años acerca de los cuales la palabra de Jehová había ocurrido a Jeremías el profeta, para cumplir las devastaciones de Jerusalén, [a saber,] setenta años.
(Daniel 9:3-19)  Y procedí a dirigir mi rostro hacia Jehová el Dios [verdadero], para buscar[lo] con oración y con súplicas, con ayuno y saco y cenizas. 4 Y empecé a orar a Jehová mi Dios y a hacer confesión y decir:“Ah, Jehová el Dios [verdadero], el Grande e Inspirador de temor, que guarda el pacto y la bondad amorosa a los que lo aman y a los que guardan sus mandamientos, 5 nosotros hemos pecado y hecho lo malo y actuado inicuamente y nos hemos rebelado; y ha habido un desviarnos de tus mandamientos y tus decisiones judiciales. 6 Y no hemos escuchado a tus siervos los profetas, quienes han hablado en tu nombre a nuestros reyes, nuestros príncipes y nuestros antepasados y a toda la gente de la tierra. 7 A ti, oh Jehová, pertenece la justicia, pero a nosotros la vergüenza de rostro, como en este día, a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén y a todos los de Israel, los que están cerca y los que están lejos en todas las tierras a las cuales los dispersaste debido a su infidelidad con la cual actuaron contra ti. 8 ”Oh Jehová, a nosotros pertenece la vergüenza de rostro, a nuestros reyes, a nuestros príncipes y a nuestros antepasados, porque hemos pecado contra ti. 9 A Jehová nuestro Dios pertenecen las misericordias y los actos de perdón, porque nos hemos rebelado contra él. 10 Y no hemos obedecido la voz de Jehová nuestro Dios por medio de andar en sus leyes que él colocó delante de nosotros por la mano de sus siervos los profetas. 11 Y todos los de Israel han traspasado tu ley, y ha habido un desviarse al no obedecer tu voz, de modo que derramaste sobre nosotros la maldición y el firme juramento que está escrito en la ley de Moisés el siervo del Dios [verdadero], porque hemos pecado contra Él. 12 Y procedió a ejecutar sus palabras que había hablado contra nosotros y contra nuestros jueces que nos juzgaron, y trajo sobre nosotros gran calamidad, tal que no se ha hecho bajo todos los cielos como lo que se ha hecho en Jerusalén. 13 Tal como está escrito en la ley de Moisés, toda esta calamidad... ha venido sobre nosotros, y no hemos ablandado el rostro de Jehová nuestro Dios volviéndonos de nuestro error y mostrando perspicacia en tu apego a la verdad. 14 ”Y Jehová se mantuvo alerta a la calamidad y finalmente la trajo sobre nosotros, porque Jehová nuestro Dios es justo en todas sus obras que ha hecho; y nosotros no hemos obedecido su voz. 15 ”Y ahora, oh Jehová nuestro Dios, tú que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto por mano fuerte y procediste a hacer un nombre para ti como en este día, hemos pecado, hemos actuado inicuamente. 16 Oh Jehová, según todos tus actos de justicia, por favor, vuélvase tu cólera y tu furia de contra tu ciudad Jerusalén, tu santa montaña; porque, debido a nuestros pecados y debido a los errores de nuestros antepasados, Jerusalén y tu pueblo son objeto de oprobio a todos los que están en derredor de nosotros. 17 Y ahora escucha, oh nuestro Dios, la oración de tu siervo, y sus súplicas, y haz que tu rostro brille sobre tu santuario que está desolado, por causa de Jehová. 18 Inclina tu oído, oh Dios mío, y oye. Dígnate abrir los ojos y ve nuestras condiciones de desolación y la ciudad que ha sido llamada por tu nombre; porque no según nuestros actos justos dejamos que nuestras súplicas caigan delante de ti, sino según tus muchas misericordias. 19 Oh Jehová, sí oye. Oh Jehová, sí perdona. Oh Jehová, sí presta atención y actúa. No tardes, por causa de ti mismo, oh Dios mío, porque tu propio nombre ha sido llamado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo”.
(Jeremías 29:7)  También, busquen la paz de la ciudad a la cual los he hecho ir en destierro, y oren a Jehová a favor de ella, porque en la paz de ella resultará haber paz para ustedes mismos.
(Éxodo 34:14)  Pues no debes postrarte ante otro dios, porque Jehová, cuyo nombre es Celoso, él es un Dios celoso;
(Lucas 20:25)  Él les dijo: “Sin falta, entonces, paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”.


11. a) ¿Qué tipo de educación recibió Daniel? b) ¿Qué cualidades de Daniel le gustaría imitar?
11 Cómo llegó a conocer a Jehová. No hay duda de que Daniel recibió una buena educación de sus padres. Ellos le enseñaron a amar a Jehová y su Palabra. Y ese amor nunca cambió, pues sabemos que estudiaba con atención las Santas Escrituras incluso cuando ya era mayor (Dan. 9:1, 2). La humilde y sincera oración que leemos en Daniel 9:3-19 demuestra que él conocía muy bien a Dios y todo lo que había hecho por Israel. ¿Por qué no dedica unos minutos a leer esa oración y meditar en ella? Fíjese especialmente en lo que le enseña sobre Daniel.
12-14. a) ¿Cómo demostró Daniel sabiduría divina? b) ¿De qué manera bendijo Jehová a Daniel por su lealtad y valor?
12 Cómo le benefició a Daniel conocer bien a Dios. Para los judíos fieles, la vida en una ciudad pagana como Babilonia no era nada fácil. Por ejemplo, Jehová les dijo a los judíos que buscaran la paz de la ciudad a la que los había “hecho ir en destierro” (Jer. 29:7). Pero, al mismo tiempo, esperaba que le sirvieran solo a él de todo corazón (Éx. 34:14). ¿Cómo logró Daniel cumplir los dos mandatos? La sabiduría divina lo ayudó a comprender que debía obedecer a Jehová antes que a los gobernantes humanos. Cientos de años después, Jesús enseñó ese mismo principio de sujeción relativa (Luc. 20:25).

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