sábado, 24 de agosto de 2019

Texto Diario sábado, 24 de agosto de 2019 Vayan y hagan discípulos (Mat. 28:19)

Texto Diario sábado, 24 de agosto de 2019

Vayan y hagan discípulos (Mat. 28:19).
La obra de hacer discípulos te enseña muchas cosas. Por ejemplo, aprenderás a tener buenos hábitos de trabajo, a comunicarte bien, a tener confianza en ti mismo y a tratar a las personas con tacto (Prov. 21:5; 2 Tim. 2:24, nota). Pero esta obra también te hace feliz porque te ayuda a conocer mejor lo que dice la Biblia sobre lo que crees. Además, aprendes a colaborar estrechamente con Jehová (1 Cor. 3:9). ¿Y si vives en un lugar donde casi nadie escucha el mensaje de las buenas nuevas? Aun así, la obra de hacer discípulos puede hacerte feliz. ¿Por qué? Porque todos los miembros de la congregación colaboramos para encontrar a las personas de buen corazón. Aunque solo un hermano encuentre a alguien que acepte la verdad, todos participamos en la búsqueda y todos nos alegramos. Por ejemplo, un hermano llamado Brandon pasó nueve años sirviendo de precursor en una zona donde pocas personas escuchaban el mensaje del Reino. Dice: “Es cierto que no he logrado ayudar a nadie a bautizarse, pero otros hermanos sí. Estoy contento de haber decidido participar a tiempo completo en la obra de hacer discípulos” (Ecl. 11:6). w17.07 23 párr. 7; 24 párrs. 9, 10

(Mateo 28:19)  Así que vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu santo.
(Proverbios 21:5)  Con toda seguridad, los planes del que es trabajador tendrán buenos resultados;en cambio, todo el que se precipita acabará en la pobreza.
(2 Timoteo 2:24)  El esclavo del Señor no tiene que pelear, sino que debe ser amable con todos, estar capacitado para enseñar, controlarse cuando lo tratan mal
(1 Corintios 3:9)  Porque nosotros somos colaboradores de Dios. Ustedes son el campo de Dios que él está cultivando, el edificio de Dios.
(Eclesiastés 11:6)  Siembra tu semilla por la mañana, y que no descansen tus manos hasta el atardecer; pues no sabes cuál dará buenos resultados, esta o aquella, o si las dos serán buenas.


7. ¿Por qué les gusta a muchos jóvenes la obra de hacer discípulos?
Jesús dijo que los cristianos debemos ir y hacer discípulos enseñándoles la verdad (Mat. 28:19, 20). Si piensas dedicar tu vida a realizar esta obra, serás muy feliz y darás honra a Dios. Por supuesto, igual que sucede con otras cosas de la vida, necesitarás tiempo para llegar a ser hábil. Fíjate en lo que dijo hace poco un hermano llamado Timothy, que se hizo precursor cuando era adolescente: “Me gusta servir a Jehová a tiempo completo porque así le expreso mi amor. Al principio, no logré comenzar ningún curso bíblico. Pero más adelante me fui a otro lugar, donde comencé varios cursos de la Biblia en menos de un mes. Uno de los estudiantes comenzó a ir al Salón del Reino. Después asistí durante dos meses a la Escuela Bíblica para Varones Solteros, y me enviaron a otro lugar. Allí empecé cuatro cursos bíblicos. Me encanta enseñarles la verdad a las personas porque puedo ver cómo el espíritu santo les va cambiando la vida” (1 Tes. 2:19).


9. ¿Qué te enseña la obra de hacer discípulos?
La obra de hacer discípulos te enseña muchas cosas. Por ejemplo, aprenderás a tener buenos hábitos de trabajo, a comunicarte bien, a tener confianza en ti mismo y a tratar a las personas con tacto (Prov. 21:5; 2 Tim. 2:24, nota). Pero esta obra también te hace feliz porque te ayuda a conocer mejor lo que dice la Biblia sobre lo que crees. Además, aprendes a colaborar estrechamente con Jehová (1 Cor. 3:9).
10. ¿Por qué puedes ser feliz haciendo discípulos aunque casi nadie escuche el mensaje donde vives?
10 ¿Y si vives en un lugar donde casi nadie escucha el mensaje de las buenas nuevas? Aun así, la obra de hacer discípulos puede hacerte feliz. ¿Por qué? Porque todos los miembros de la congregación colaboramos para encontrar a las personas de buen corazón. Aunque solo un hermano encuentre a alguien que acepte la verdad, todos participamos en la búsqueda y todos nos alegramos. Por ejemplo, un hermano llamado Brandon pasó nueve años sirviendo de precursor en una zona donde pocas personas escuchaban el mensaje del Reino. Dice: “Me gusta predicar las buenas nuevas porque es lo que Jehová nos pide que hagamos. Empecé el precursorado poco después de terminar la educación obligatoria. Me encanta animar a los jóvenes de la congregación y ver cómo crecen en la verdad. Después de asistir a la Escuela Bíblica para Varones Solteros, me enviaron a servir de precursor a otro lugar. Es cierto que no he logrado ayudar a nadie a bautizarse, pero otros hermanos sí. Estoy contento de haber decidido participar a tiempo completo en la obra de hacer discípulos” (Ecl. 11:6).

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