lunes, 5 de agosto de 2019

Texto Diario lunes, 5 de agosto de 2019 El hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios (1 Cor. 2:14).

Texto Diario lunes, 5 de agosto de 2019

El hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios (1 Cor. 2:14).
La persona física se centra en sus deseos egoístas porque se deja llevar por la actitud carnal del mundo, a la que Pablo llama “el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia” (Efes. 2:2). Este espíritu motiva a la mayoría de la gente a dejarse llevar por la corriente y hacer lo mismo que los demás. Como consecuencia, hacen lo que les parece correcto y no se esfuerzan por seguir las normas de Dios. Por regla general, a la persona física le preocupa sobre todo su reputación y las metas materialistas, o defender lo que entiende que son sus derechos. La persona física practica “las obras de la carne” (Gál. 5:19-21). Esta clase de personas toman partido en las disputas ajenas, tratan de dividir a la gente, fomentan la rebeldía, se llevan unos a otros a los tribunales, no respetan la autoridad y dan mucha importancia a comer y beber. Además, no se esfuerzan por resistir las tentaciones (Prov. 7:21, 22). w18.02 19 párrs. 3-5

(1 Corintios 2:14)  Pero el hombre físico no acepta las cosas del espíritu de Dios porque para él son absurdas, ni tampoco puede llegar a conocerlas porque se examinan espiritualmente.
(Efesios 2:2)  que en otro tiempo cometieron siguiendo el sistema de este mundo, siguiendo al gobernante que tiene autoridad sobre el aire, sobre el espíritu que ahora actúa en los hijos de la desobediencia.
(Gálatas 5:19-21)  Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, y son la inmoralidad sexual, la impureza, la conducta descarada, 20 la idolatría, el espiritismo, las enemistades, las peleas, los celos, los arrebatos de ira, las riñas, las divisiones, la formación de sectas, 21 la envidia, las borracheras, las fiestas descontroladas y cosas como estas. Les aviso, como ya les advertí antes, que los que practican estas cosas no heredarán el Reino de Dios.
(Proverbios 7:21, 22)  Ella lo descarría con gran persuasión. Lo seduce con palabras melosas. 22 De repente él va tras ella, como toro al matadero,como un tonto que va a ser castigado en el cepo,


3. Según la Biblia, ¿qué diferencia hay entre el hombre físico y el espiritual?
El apóstol Pablo explicó la diferencia entre “el hombre espiritual” y “el hombre físico” (lea1 Corintios 2:14-16). Dijo que “el hombre físico” no acepta “las cosas del espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede llegar a conocer”. En cambio, “el hombre espiritual” examina “todas las cosas” y tiene “la mente de Cristo”. Entonces, Pablo nos aconsejó ser espirituales. ¿Qué otras diferencias hay entre estos dos tipos de personas?
4, 5. ¿Cómo es la persona física?
Veamos primero cómo piensa la persona física. Se centra en sus deseos egoístas porque se deja llevar por la actitud carnal del mundo, a la que Pablo llama “el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia” (Efes. 2:2). Este espíritu motiva a la mayoría de la gente a dejarse llevar por la corriente y hacer lo mismo que los demás. Como consecuencia, hacen lo que les parece correcto y no se esfuerzan por seguir las normas de Dios. Por regla general, a la persona física le preocupa sobre todo su reputación y las metas materialistas, o defender lo que entiende que son sus derechos.
La persona física practica “las obras de la carne” (Gál. 5:19-21). En su primera carta a la congregación de Corinto, Pablo menciona otras características de esta clase de personas: toman partido en las disputas ajenas, tratan de dividir a la gente, fomentan la rebeldía, se llevan unos a otros a los tribunales, no respetan la autoridad y dan mucha importancia a comer y beber. Además, no se esfuerzan por resistir las tentaciones (Prov. 7:21, 22). El discípulo Judas dice que algunos llegan a un punto en que “no tienen espiritualidad” (Jud. 18, 19).

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